Así puede leer un niño de 7 años

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FILOTEA
Santiago de segundo grado

Filotea tenía que tomar una decisión importante.
-¿Me tiro o no me tiro?
Miró para abajo.
-¡Ggggg! ¡Me da vértigo!
Volvió a mirar.
-¡Gggg!
Se dijo a sí misma: “Filotea, coraje”.
Juntó las manos, cerró los ojos, apretó la respiración, tomó impulso y…. no se tiró.
-¿Qué hago?
Se puso rodilleras, muñequeras, zapatos de corcho, un almohadón en el traste.
-Ahí voy. Un, dos, trrr….
No fue.
-¡Es tan alto! ¿Y si me estrello? Necesito más protección.
Se puso un chaleco neumático, un casco, un paracaídas en la espalda. Lo último fueron las antiparras. Entonces sí: pegó un envión y zzzzzzzz cayó planeando sobre la vereda sin romperse nada. Las hojas como Filotea siempre exageran un poco, pero al final, en el otoño, se animan y zzzzzzzz caen.

Así puede leer un niño de 8 años

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EL MONO PERIODISTA
Julián de tercer grado

Hubo una vez un mono periodista; para inventar noticias, un artista. ¿Lo picaba, digamos, una hormiga? El escribía: “Solapada enemiga envenena a inocente ciudadano; ocúltase en jardines suburbanos”.
¿El rojo sol brillaba sobre el río? Ya se encargaba él de hacer un lío: “Sensacional incendio en el Riachuelo. ¡Rojas llamas están llegando al cielo!”. Y la gente llamaba a los bomberos y los bomberos a los enfermeros; corridas, sustos, gatos desmayados. Todo por ese mono exagerado.
Hasta que al paso le salió un león…. ¡Ese sí que iba a ser un notición! “Fiera suelta. Terror. Esto es muy serio: ¡podría devorar un barrio y medio! ”Pensó en voz alta el mono periodista y el león dijo: ¿Es posible que exista ser que diga desatinos mayúsculos sólo porque salí a estirar los músculos?
-¡Respete al periodismo! Chilló el mono. El león le contestó, lleno de encono: -¡Jamás me comería a un periodista! (Se lo comió por sensacionalista).

Así puede leer un niño de 9 años

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LA FÁBULA DE NICASIO, EL LAGARTO
Mercedes de cuarto grado

Nicasio, el lagarto, estaba bien harto de andar por el monte buscando un amigo para hablar un rato.
Cansados, fastidiados, los mil animales que pueblan el bosque decidieron todos juntarse un buen día, a ver, entretanto, qué se decidía. “Tenemos que echarlo”.
Se ponen de acuerdo todos, menos uno, porque el abejorro, sacándose el gorro, les dice, oportuno: “Le escapamos tanto al pobre lagarto que nunca supimos por qué nos buscaba, pensando: es tan feo que debe ser malo, con su cola larga y su hocico de palo. Y ¿si antes de echarlo vamos entre todos juntitos los codos, y le preguntamos por qué olfatea por estos pantanos?
Y fue en esa noche que los animales de todo aquel monte salieron al claro donde, muy dormido, soñaba intranquilo el pobre lagarto.
El buen abejorro dio un paso hacia el frente y; sacando pecho, le dijo derecho sin mostrar los dientes: “Ya estamos cansados que busques y busques entre los arbustos y a todos asustes. ¿Qué buscas, Nicasio, que vienes despacio olfateando bichos?
Y allí el gran lagarto lo miró a los ojos y le dijo: “Amigos. Pero si escapaban, ¿cómo les decía que sólo quería conversar un rato y tener amigos que jueguen conmigo?
"Todos entendieron y desde aquel año, en ese pantano nadie escapó más a ningún extraño que llegara harto oliendo las matas. ¡Ay, qué vida grata la de los lagartos que tienen amigos en todos los ratos!

Así puede leer un niño de 10 años

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LA NIÑA DEL LIBRO
Inés de quinto grado

Una vez, hace mucho tiempo, los seres humanos se reunían alrededor del fuego para contarse sus historias. Y, por esos tiempos, hubo una niña que quería recordarlas para contárselas a sí misma en las largas noches de invierno.
Al principio, la niña guardó esas historias en su cabeza y las repetía cada vez que el viento bramaba en la puerta de su choza.
Después se le ocurrió dibujarlas en trozos de piel de venado para recordarlas mejor. Y guardó esos trozos de piel como si fueran un tesoro. Así juntó innumerables dibujos e historias.
Con el correr del tiempo, las gentes de distintos pueblos empezaron a llamar a la niña para que les recordara las historias dibujadas en sus trozos de piel.
La niña envejeció recorriendo pueblos y, cuando ya estuvo muy viejita, le encomendó a un zapatero que reuniera sus viejos relatos dibujados y los pusiera todos juntos dentro de una caja.
El zapatero, que había crecido escuchando las historias de la niña, inventó una caja muy bonita, de cuero y con dos tapas para proteger sus cuentos, y los guardó en un estante de su taller.
Así nacieron el primer libro y la primera biblioteca. Desde entonces, los habitantes del pueblo leyeron el libro y recordaron a la niña en cada día de mediados de abril, cuando es otoño en el sur y primavera en el norte.

Así puede leer un niño de 11 años

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EL OGRO GIGANTÓN
Luisa de sexto grado

El temible ogro Gigantón vivía encerrado en su laberinto de roca, pero todos los años salía al pueblo y asustaba a la gente.
Un día, el rey lo esperó en la puerta de su refugio y le dijo:
- ¿Por qué asustas a la gente y destruyes al pueblo?
Y el ogro respondió
- Si quieres que deje de hacerlo envíame a un niño todos los años. Si logra salir del laberinto, nunca más los molestaré.
El rey aceptó y todos los años enviaba al laberinto algún niño con la esperanza de que hallara la salida y regresara.
Un día, cuando le tocaba el turno al hijo de la costurera, su hermana Alicia, que lo amaba mucho, decidió tomar su lugar.
Cuando todos dormían, se vistió con las ropas del niño y se dirigió al laberinto. Llevaba en sus manos un ovillo de hilo que había sacado del armario. Cuando entró al laberinto desenrolló el hilo y escuchó las voces de todos los niños…..

Así puede leer un niño de 12 años

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FRANCIS DRAKE, UN CORSARIO INGLÉS
Nicolás de séptimo grado

Muchas novelas de aventuras tienen como protagonistas a piratas y corsarios. Entre los últimos, uno pasaría a la historia como el más audaz y el más valiente: Francis Drake.
Este marino recorrió los mares del mundo al servicio de la Corona británica durante la segunda mitad del siglo XVI, y se transformó en una verdadera pesadilla para la flota española y para sus dominios en América.
Francis Drake nació en Inglaterra en 1540. Sirvió como aprendiz de marino hasta los dieciocho años, cuando se convirtió en propietario y capitán de navío. Su nave, la Judith, integró una escuadra en un viaje de tráfico de esclavos al Golfo de México.
A los treinta años decidió explorar las costas americanas para enriquecerse. En diciembre de 1577, Drake zarpó de Inglaterra rumbo al sur, con cinco embarcaciones y ciento setenta y seis hombres. Las grandes tormentas del Atlántico complicaron el viaje y tuvieron que recalar en Brasil. Después de un breve descanso, la travesía se reanudó pero con dos naves menos debido a un grave motín. Recorrieron la costa de la Patagonia y el estrecho de Magallanes. Las tempestades estropearon otras dos naves, así la tripulación debió seguir en el único barco que quedaba: el famoso Glosen Hind, con el que se internaron en el Pacífico. Drake comenzó una serie de saqueos en puertos y poblados españoles: Valparaíso, El Callao, Guatalaco, y llegó hasta la Bahía de San Francisco (California). Desde allí, zarpó hacia las Malucas- conocidas como Islas de las Especias-.
Casi tres años después de su partida, Francis Drake llegó al puerto inglés de Plymouth con un cargamento tan espectacular que la reina de Inglaterra decidió nombrarlo caballero, honor que le valió ser considerado el mejor marino y héroe de la armada inglesa.

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